¿Qué le están haciendo al fútbol?

¿Qué le están haciendo al fútbol?

Crónica Semifinales Copa Oro 2015 | Panamá 1-2 México:

En el fútbol se han visto polémicas que han condicionado resultados, o el destino de algún equipo, en ocasiones suele ser injusto por circunstancias del juego, pero cuando hay factores ajenos a lo que pertenece al fútbol como tal, se termina ensuciando al deporte más seguido a nivel mundial, factores que alteran el curso normal dentro de lo que es el fútbol, factores que desestabilizan psicológicamente, no solo a los que están en cancha, sino a quienes están en las gradas, y quienes lo ven por una televisión, computadora, algún dispositivo móvil, o escuchan por la radio, dejando recuerdos tristes, que en ocasiones desatan iras incontrolables.

Anoche, cuando se definía el segundo finalista, sucedió lo más impropio al fútbol, los intereses económicos de una Confederación se antepusieron ante lo maravilloso que es este deporte, quedando sin ser premiado el esfuerzo, el gol legítimo, la entrega de un plantel, pero dándole una medalla a la desfachatez, a la deshonestidad, al sucio negocio que se esconde entre las telas de un deporte que comienza a ser indefenso, y donde el “Juego Limpio”, ve cómo su significado va en detrimento.

Después de la épica e histórica hazaña lograda por Jamaica, a primera hora de esta fiesta que se transformó en una tragedia futbolística, en el Georgia Dome, era el turno de ver cuál sería el rival de los “Reggae Boyz” en Philadelphia, donde se jugaría la final de este torneo.

Panamá llegaba vigorizado de motivación, de saber que se estaban reencontrando con aquel fútbol que mantenía esperanzados a quienes se mantuvieron confiando en el equipo desde el día uno, y que hacía recuperar, poco a poco, ese convencimiento ante los ojos más críticos por su desempeño inicial.

México, después de haber llegado a esta semifinal tras una decisión desleal del árbitro asistente, Erick Boria, ante Costa Rica, que fue aprobada por el central, Walter López, venían a este partido para limpiar su imagen a través del buen fútbol, con un equipo bien conformado, y más competitivo que aquel que cayó en dos ocasiones ante Panamá, en la Copa Oro 2013, por lo que más allá de ser semifinales, había que demostrar que con este “equipo ideal”, se podía superar a Panamá.

El positivismo de toda una nación, viajó kilómetros de distancia hasta envolver a los que vestían la camiseta roja, la camiseta de Panamá, dándose el pitazo inicial, en la medida que ya iban transcurriendo los minutos, el seleccionado nacional mostraba orden en cada uno de los metros que había que defender, aunque sin contar con una posesión de pelota equilibrada a la de los aztecas, mejor salía ser pacientes, aplicados, y sobre todo concentrados, para impedir darle lugar a errores que pudieran costar el resultado.

De salida había que estar claros en algo, la rivalidad estaba latente y estará latente cada vez que estos dos equipos se enfrenten, pese a que el historial competitivo mexicano, sea más nutrido que el panameño, así que se dieron las primeras escaramuzas en un saque de esquina que demoró en cobrarse, por los llamados de atención hechos por el árbitro, y por una agresión de Carlos Vela, sobre el panameño Aníbal Godoy, la cual recibió solamente una amonestación, cuando fácilmente pudo ser merecedora de una expulsión.

El tramo no variaba, México controlaba, jugaba por las bandas, pero no tenía profundidad, llegaba sin ideas hacia la frontal del área, mientras que Panamá contraatacaba, viendo su juego cortado por las faltas.

Descabelladamente al minuto 25, el delantero panameño, Luis Tejada, sería expulsado por una inexistente agresión sobre el defensa, Francisco Rodríguez, en una pelota dividida, donde claramente el delantero panameño, al saltar, y por inercia, tuvo su mano extendida, pero no con la idea de agredir al defensa mexicano, de forma premeditada, Mark Geiger, árbitro central, le mostraría la expulsión, desatándose reclamos entendibles, reacciones de la banca de suplentes, además del letargo, en la salida de Tejada.

La desventaja de un jugador no hizo que Panamá se rindiera, ni sintiera que el triunfo fuera inalcanzable, comenzaron a recuperar balones, transportar el esférico con la idea de ir ganando espacio y metros, a través de Valentín Pimentel, y Armando Cooper, los que más corrían alrededor de la cancha, complementando defensiva, y ofensivamente.

El desenlace del primer tiempo no registró goles, pero sí a una Panamá que generó más ocasiones que el equipo mexicano, pese a tener uno menos en cancha.

Iniciaba el segundo tiempo, México recompondría la línea de 4 defensores, añadiendo un volante ofensivo como Carlos Esquivel, desequilibrante, que podía darle más variantes a la ofensiva mexicana.

Pasaban los minutos, las figuras de Carlos Vela, y Oribe Peralta, solamente estelarizaron en la alineación, porque en la cancha no podían superar ese muro blindado que tenía Panamá en defensa, no le permitía jugar a México con libertad.

El momento que atentó con todos los intereses externos y mal influenciados, llegaría al 56’, un saque de esquina a favor de Panamá, cobrado por Armando Cooper, para que apareciera Román Torres, sorpresivamente, elevándose y dando ese martillazo con el golpe de cabeza, batiendo al arquero mexicano, Guillermo Ochoa, para adelantar a los panameños, 1-0, un gran desahogo, premio al valor, la actitud de nuestros jugadores, dándose ese abrazo de unión junto con el banquillo, que sería bañado por la soberbia, y falta de cordura de los muchos inadaptados que arrojaron objetos hacia los jugadores panameños, hecho que al que al árbitro no le daría color.

Los aztecas no desistieron en su ataque, aunque era un camino rocoso e incómodo, llegar al arco de Panamá, se las ingeniaban por la capacidad colectiva que tenían, que en pocas ocasiones pusieron nerviosos a la zaga panameña, lo más recordado, un tiro libre ejecutado por Carlos Vela, que pasaría cerca del arco de Jaime Penedo.

Se acercaban los segundos finales del partido, y con ello se estaría dando un hecho histórico, porque sería la primera vez en muchos años que a la final de la Copa Oro, estuvieran dos países, en los que ninguno fuera México, o Estados Unidos, todos eso 68,000 boletos vendidos en el Lincoln Financial Field, habían sido en su mayoría adquiridos por mexicanos, y estadounidenses, que como en cada edición, si no eran los dos, llegaba uno de los dos a disputar las finales, pero seguramente con lo que se estaba dando, no se tendría esa aforo en la final, por la re-venta de boletos, que quien sabe cuántas serían de forma satisfactoria.

Sucedería lo de escándalo, un penal inexistente, una bochornosa señalización de Mark Geiger, en una jugada que no era para señalarse como penal, en la que caería por inercia, el defensa Román Torres, y sus costillas hicieron contacto con el esférico, pero jamás sus brazos, ya que el portero Jaime Penedo, fue a hacerse del esférico, que en su momento protegía Torres, ante la presión de Esquivel, que cometía falta previa, no señalada por Geiger, quien de la nada se inventaría el penal, desencadenando un triste capítulo de este partido, por la protesta entendible de los jugadores panameños, que determinaron abandonar la cancha y no seguir jugando, dándose otros hechos a nivel de los banquillos, entre algunos jugadores panameños y mexicanos, que estuvieron cerca de irse a los golpes, mientras transcurrían los minutos, en un partido que se salió por completo de las manos, de un sujeto que se suponía que era el encargado de impartir la disciplina.

Andrés Guardado no desaprovechó la oportunidad, y definiría desde los doce pasos con un excelente cobro al que no le pudo llegar, Jaime Penedo, por más que se hubiera esforzado, resultando ser el 1-1 que mandaba el partido a tiempos extras.

Ya el fútbol dejó de tener sentido en el Georgia Dome, Panamá trató de sacar de en medio de su indignación, decepción, algunos destellos del buen juego, cuya única manera de ser posible, sería manteniendo una calma que ya se había agotado, lo que era entendible, debido a que México tenía sin ningún tipo de merecimiento futbolístico, la gran posibilidad de ganar el partido.

Continuaba el mal criterio arbitral en el tiempo extra, aunque no podíamos esperar alguna mejora después de lo visto, solo había que continuar y ver hasta donde se tendría algún tipo de contemplación hacia la fuerza de voluntad que mostraba Panamá,  lo cual no fue así, entre amonestaciones perdonadas a faltas que la ameritaban, y el penal señalado al minuto 103, por una falta cometida por Harold Cummings, sobre Javier Orozco, que se dejó caer para hacerla más creíble.

Andrés Guardado transformaría el penal en gol, el gol que le daba a México un vergonzoso pase a la gran final de este torneo.

Ya en el segundo tiempo extra, Panamá se animó un poco en atacar, pero no logró conseguir rematar a puerta, ya el daño estaba hecho, pero jamás mostró ese sentimiento de rendición, eso se vio en cada una de las corridas hechas por Eric Davis, por el costado izquierdo, un Armando Cooper que no se cansó de ser el motor del equipo, un Adolfo Machado que estuvo sólido defensivamente, junto con Román Torres, y Harold Cummings, quienes defendieron el resultado hasta el fin, pese a que por cosas ajenas al fútbol, se dañó todo un trabajo que había costado armar.

Al final del partido se daría lo que estaba propenso a ocurrir, jugadores y cuerpo técnico del equipo de Panamá se abalanzaron sobre el árbitro Mark Geiger, que de no ser por la capacidad de algunos de los jugadores nuestros que guardaron la cordura, como Román Torres, Jaime Penedo, quizás sería un final más desastroso, pero que deja consecuencias graves, un auténtico robo, un atentado efectuado a lo más integro de este deporte, una falta de respeto al sacrificio requerido que se hace diariamente por quienes practican esta disciplina, una burla al sentir, la admiración del fanático, una burla a los que se dedican a trabajar por este deporte, a través de distintas funciones.

Lastimosamente se les ha truncado a países en crecimiento futbolístico, la posibilidad de soñar, de aspirar a la gloria, al éxito que parece ser permitido únicamente a los más grandes del área.

Un año 2015 catastrófico para las autoridades del fútbol a nivel mundial, especialmente CONCACAF, el cual no se sabe quiénes representan una solución, pero sí una extensa cantidad de personajes que son considerados cómplices de estos desastres prevenibles.
 
Próximo partido:

Estados Unidos y Panamá jugarán el partido por el tercer puesto en el PPL Park, el próximo sábado 25 de julio, desde las 3:00 pm.

La final de la Copa Oro será disputada entre Jamaica y México, en el Lincoln Financial Field, desde las 6:30 pm.
 
Datos:

  • Panamá por primera vez es eliminado por otro equipo que no fuera Estados Unidos, en una fase de eliminación directa de Copa Oro.
  • Román Torres ha marcado su sexto gol, desde que Panamá es dirigido por Hernán Darío Gómez, y es su noveno gol con la selección nacional de Panamá.
  • Panamá por 5ta vez consecutiva inició ganando en los partidos de esta Copa Oro.

 
Claves del partido:

El arbitraje sin escrúpulos: Mark Geiger ha arruinado su imagen como árbitro, luego de la manera en que dirigió este partido, con un criterio arbitral que en elementos puntuales y altamente influyentes en el partido, terminó afectando a Panamá, condicionándolo también de cara a las eliminatorias.
Notable mejora en el rendimiento de algunos jugadores panameños: Más que clave del partido, queda como una clave del torneo, o punto a rescatar de este torneo, la excelente labor hecha por jugadores como Valentín Pimentel, y Eric Davis, quienes no habían tenido mucho roce competitivo a nivel de selección nacional, entre ellos el debutante Pimentel que demostró en poco tiempo, tener capacidad para seguir siendo considerado a nivel de selección nacional.
Panamá recuperó el orden: Ante Estados Unidos, ante Trinidad y Tobago, pero más ante México, el equipo demostró estar en el camino correcto para ir recuperando la idea del juego que debe impregnar, basado en el orden, pero todavía con mucho por trabajar en el aspecto ofensivo.


 
Ficha Técnica:

Alineación de Panamá (1): 1- Jaime Penedo, 5- Román Torres, 3- Harold Cummings, 13- Adolfo Machado, 15- Eric Davis, 20- Aníbal Godoy, 11- Armando Cooper, 2- Valentín Pimentel (17- Luis Henríquez (4- Alfredo Stephens, 108’)), 19- Alberto Quintero, 10- Luis Tejada, 9- Roberto Nurse (22- Abdiel Arroyo, 78’). | DT: Hernán Darío Gómez.
Alineación de México (2): 13- Guillermo Ochoa, 2- Francisco Rodríguez, 5- Diego Reyes, 22- Paul Aguilar, 15- Oswaldo Alanís (21- Carlos Esquivel, MT), 7- Miguel Layún (14- Javier Orozco, 76’), 6- Héctor Herrera (9- Jesús Corona, 59’), 8- Jonathan Dos Santos, 18- Andrés Guardado, 11- Carlos Vela, 9- Oribe Peralta. | DT: Miguel Herrera.

Goles | Panamá: Román Torres (56’). | México: Andrés Guardado (90’,104’).

Tarjetas amarillas | Panamá: Aníbal Godoy (27’), Valentín Pimentel (78’), Adolfo Machado (88’), Armando Cooper (90’), Román Torres (103’), Harold Cummings (108’) | México: Carlos Vela (3’), Héctor Herrera (54’), Javier Orozco (94’)

Tarjetas rojas | Panamá: Luis Tejada (25’).

Árbitro: Mark Geiger (Estados Unidos).

Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales de la Copa Oro 2015, jugado en el Georgia Dome, interrumpido en varias ocasiones por decisiones arbitrales que provocaron ligeros altercados, discusiones en la cancha, además del pésimo comportamiento registrado por varios de los aficionados presentes, quienes arrojaron objetos al terreno de juego, atentando con la integridad física de los jugadores.

 

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Por: Samuel McCollin – Redacción Bitácora Deportiva | Twitter: @SamuelMcCollin

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